El Algoritmo del Emprendimiento Excelente
Roberto Crobu (@robcrobu), Psicólogo y Coach, especializado en rendimiento y productividad de personas y equipos tanto a nivel empresarial, como deportivo, nos ofrece la fórmula del emprendimiento según su experiencia cosechada con clientes a lo largo de los últimos años.
Emprender significa afrontar y convivir con la incertidumbre, algo que el ser humano por naturaleza trata de evitar buscando el control y la seguridad a la hora de actuar. Sin embargo, en más de una ocasión, esa misma necesidad de control, ante escenarios inciertos, induce a las personas a no actuar y evitar tomar decisiones, olvidando que no tomar una decisión representa de por sí la decisión de no actuar. Del mismo modo, tomar decisiones puede resultar desalentador porque cuando una persona se decanta por una opción, automáticamente renuncia al resto de infinitas posibilidades alternativas. Ante estas circunstancias es muy frecuente caer en la parálisis por análisis, postergar la acción para de tener las mejores condiciones con el fin de dar el paso sobre seguro, esperar tener la idea perfecta, o que las circunstancias sean más fáciles”.
Basándome en el libro “Liderar la Incertidumbre” (Dykinson 2016), puedo afirmar que emprender, es más una cuestión de Actitud que de ideas, y que si esperamos a tener la mejor condición para actuar, la misma acción será con mucha probabilidad, lo que nos separará de crear esa condición y seguridad.
Las oportunidades no vienen a buscarnos a casa, y esperar a que las cosas sean más fáciles, tampoco ayuda: la dificultad puede ser nuestra mayor aliada, ya que en caso de atrevernos representará para otros una barrera de partida, razón por la cual esto nos diferenciará.
Apostar solo y exclusivamente en una idea de negocio brillante tampoco suele garantizar el éxito, ya que la idea será lo primero que nos copiarán si nos irá bien: se trata más bien de apostar por uno mismo y por sus cualidades. Esta una apuesta segura porque se basa en el talento, algo difícil de replicar.
En lugar de preocuparse por lo que no depende de sí mismo, el emprendedor puede centrarse en lo que puede hacer, en su plan de acción, y tratar de llevarlo a cabo: a veces se gana y otras se aprende. El truco está en no tratar de buscar el éxito, entendido como una recompensa inmediata que una persona desea tener por efecto de una inversión, sino en perseguir la excelencia: el éxito está reñido con el tener: cuando se tiene todo va bien. Pero, de no tenerse, genera sensación de fracaso. Y la gente no quiere experimentar el fracaso: y en el afán de evitarlo, renuncia a las posibilidades de éxito. Sin embargo hay que pensar en términos de excelencia. Ésta, no va reñida con el tener, sino con el ser: el éxito se tiene o no se tiene, pero excelente uno es o no es. Lo que se tiene puede un día dejar de tenerse, pero lo que va asociado con el ser, forma parte de la persona y es un valor seguro: la excelencia además, excluye la posibilidad de fracaso, ya que todos los resultados que se experimentan desde ese enfoque sirven como oportunidad de aprendizaje y mejora, y esto es de gran ayuda para afrontar la incertidumbre del emprendedor.
La incertidumbre no es una condición actual que nos ha tocado vivir en estos tiempos, sino que siempre estuvo presente en la historia. Miguel Ángel, con 25 años asumió el desafío de esculpir el famoso David, reto que sin embargo no quisieron asumir otros conocidos maestros de la época por no afrontar la incertidumbre que suponía: nadie se acuerda del nombre de esos maestros, y esto es significativo.
En definitiva podría perfilar el algoritmo del Emprendimiento Excelente, según esta fórmula:
(Talento X Excelencia X Plan de Acción)
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(Percepción de Dificultad) X (Necesidad de Seguridad) X (Necesidad de Recompensa)